Se ha visto en la historia reciente que algunas personas en situaciones de crisis o catástrofes aumentan su consumo de tabaco o alcohol como respuesta conductual frente al estrés, es por esto que a continuación se plantean las siguientes preguntas que pueden surgir respecto al consumo de tabaco.
¿Los fumadores tienen mayor riesgo de enfermar de COVID-19?
El humo del tabaco deteriora varios mecanismos de defensa del aparato respiratorio, favoreciendo la aparición de infecciones respiratorias bacterianas o virales, lo que podría explicar por qué las personas que fuman presentan con mayor frecuencia infecciones como influenza, neumonía y tuberculosis, entre otras.
Por otra parte las enfermedades que incrementan la necesidad de oxígeno o reducen la capacidad del cuerpo para darle a este un uso adecuado, conllevan un mayor riesgo de sufrir enfermedades pulmonares graves como la neumonía.
Por lo anterior, es esperable que los fumadores tengan una mayor susceptibilidad a infectarse con el nuevo virus respiratorio causante de la enfermedad COVID-19 o de padecer la enfermedad con mayor severidad.
Además el acto de fumar o vapear hace que en forma repetida las personas se acerquen los dedos a la boca, aumentando la posibilidad de entrada del virus a través de ella en caso de estar los cigarrillos o dispositivos contaminados con COVID-19 (los cigarrillos tradicionales, dispositivos electrónicos, cigarrillos de marihuana pueden transportar el virus de una persona a otra).
¿Los fumadores tienen peor pronóstico si enferman de COVID-19?
Dejar de fumar es siempre la mejor decisión y puede ser en estos momentos particularmente importante, para evitar las complicaciones de COVID-19. Dejar el tabaco tiene un impacto positivo casi inmediato en la función pulmonar y cardiovascular, mejorando la capacidad de los pacientes para responder a la infección y reducir el riesgo de muerte por COVID-19, dado que las personas que poseen factores de riesgo cardiovascular como hipertensión, diabetes, obesidad y tabaquismo tienen peores resultados de salud y mayor necesidad de cuidados críticos intensivos.
Recomendaciones:
· Deje de fumar, pues es la medida más eficaz que contribuye a mejorar su condición de salud: A los 20 minutos de dejar de fumar se reducen la presión arterial y la frecuencia cardíaca elevadas. A las 12 horas, el nivel de monóxido de carbono en la sangre vuelve a la normalidad. A las 2-12 semanas, mejoran la circulación y la función pulmonar. A los 1-9 meses se reducen la tos y la sensación de dificultad respiratoria.
· No permita que se fume al interior de su hogar, ni con la ventana abierta, pues respirar el humo de tabaco en forma involuntaria o pasiva también daña la salud, especialmente de niños, embarazadas y personas con enfermedades crónicas.
· Cuéntele a su familia, amistades y compañeros que desea dejar de fumar y pídales que lo ayuden a lograrlo.
· Incentive a sus familiares para que no fumen en su presencia.
· Elimine cigarrillos y ceniceros de su entorno.
· Establezca una fecha para dejar de fumar y cúmplala.
· Al dejar de fumar podrían aparecer síntomas pasajeros de abstinencia a la nicotina como ansiedad, dificultad para concentrarse, irritabilidad, necesidad urgente de fumar, dolor de cabeza e insomnio, mareos, entre otros.
· Para manejar estos síntomas y distraerse, puede beber agua, mascar chicle sin azúcar, comer una fruta, lavarse los dientes, hacer algún tipo de ejercicio o meditación, u otra actividad que sea agradable para usted.
· Si necesita apoyo de un profesional de salud, llame a Salud Responde al 600 360 7777 las 24 hrs. del día.
· Sitios de interés:
https://www.minsal.cl/
https://www.who.int/es/news-room/campaigns/world-no-tobacco-day/world-no-tobacco-day-2020